Odio El Sistema.
El Sistema, con mayúscula,
es lo que nos dicta
que el lunes vuelve a empezar el ciclo,
y que durante el ciclo,
se madruga, se trabaja como mula,
no se descansa ni se duerme,
sólo se obedece con amargura.
El Sistema es el ciclo más vicioso,
ocioso
y odioso:
es lo que hace que las semanas se junten
y se mezclen,
como nubes borrosas,
uniformes, irreconocibles,
indiferentes a mis intereses.
El Sistema dicta cómo vestirse,
de qué hablar, a quién mirar y escuchar:
pero nunca explica por qué –
no, ni siquiera incita la curiosidad
ni el cuestionamiento,
ya que pensamientos
originales, individuales,
se consideran disidentes,
corruptos, rebeldes,
un daño permanente.
Odio El Sistema
porque nos ata y finalmente nos mata,
y nosotros,
sin darnos cuenta cómo se nos fue la vida,
que entre lunes y domingo,
ya la teníamos perdida.